Galicia es un paraíso para todo amante del beber y del buen comer. Un lugar de ensueño con grandes paisajes, tradición vinícola y una gran gastronomía. Un ejemplo de ello es que todas las fechas importantes en Galicia se celebran alrededor de una mesa, la Matanza, los Carnavales, el Magosto, los patrones de cada localidad, etc ¿Casualidad? Para nada.
Vamos a adentrarnos en la cultura gallega, maridando algunos de los platos típicos de su cocina y sacarle el máximo potencial al menú y al vino. ¡Toma nota!
- Pulpo á feira
Empezamos con unos de los platos más representativos de la cocina gallega. De hecho, es raro el restaurante gallego que no lo tiene en el menú. Tan importante es que existe una receta oficial. Justo la que se aplica y se aplicaba en las Ferias Artesanales y Romerías de la región.Esta receta tiene dos reglas básicas: la primera es que se debe cocer en un caldero de cobre y la segunda es que hay que “asustarlo”. Es decir, en cuanto el agua empiece a hervir se mete y se saca 3 veces. Los siguientes pasos van cambiando, pero la idea es: aceite de oliva, sal y pimentón.Bien, pues a este manjar, el vino que mejor lo puede acompañar, es un Godello. Un vino afrutado, con notas herbáceas que le aporten cierto frescor, goloso y amplio en boca. Nuestra recomendación, Altos de Torona Godello. - Empanada de Bonito de Burela
El pan gallego, y en concreto la empanada, son únicos. Por eso la puedes encontrar de mil maneras, con distintas masas y rellenos en función de los productos de cada zona.Nuestra favorita es la de Bonito de Burela. Teniendo en cuenta lo bueno que está ese Bonito, si le preparas un buen sofrito con verduras de los huertos de la zona y una masa en horno de leña… El resultado es delicioso.Digamos que lo único que puede mejorarlo más todavía, es acompañarla con un Ribeiro. Un vino blanco de la denominación de origen más antigua de Galicia, que combine distintas uvas autóctonas entre las que esté presente la Treixadura. Un vino aromático, con notas florales y frutas cítricas, equilibrado con buena acidez y persistente. Por ejemplo, Vilerma un coupage de Treixadura, Godello, Torrontés, Lado y Albariño. - Mariscos
Es imposible hablar de Galicia sin hablar de Marisco. Mejillones, Zamburiñas, nécoras, centollas o navajas, todos ellos son pequeños manjares que nos dejan las Rías gallegas.Son productos únicos, de fácil elaboración, con el objetivo de que se pueda apreciar sus matices y el sabor a mar, aunque tras ello hay un gran trabajo. Sino que se lo digan a las mariscadoras gallegas…Teniendo en cuenta su procedencia no se nos ocurre mejor compañero de mesa que un Albariño. Un vino de la DO Rías Baixas, con carácter salino y elaborado en la bodega del conocido como “padre del albariño”, Santiago Ruiz. - Raxo y Zorza
¡Llegó el turno de la carne! El Raxo y la Zorza son dos tapas típicas de los restaurantes gallegos. El Raxo tradicionalmente se hacía con el lomo de cerdo, hoy en día hay variantes pero sigue predominando la carne de cerdo. La Zorza también es carne de cerdo pero picada, con pimentón, sal y vino blanco. Ambos se acompañan con patatas fritas.Dos platos que gustan y nunca defraudan. ¡Hay pocos paladares que se les resistan!Para convencer a esos pocos y premiar a los otros, te recomendamos acompañarlos con un tinto gallego, un Mencía. Fresco, joven, afrutado y con tanino y alcohol medio como es el caso de Acivro. Un vino elaborado por una bodega milenaria de la Ribeira Sacra, bajo la premisa de la viticultura sostenible. - Lacón con grelos
El Lacón con grelos aparece por primera vez en las Constituciones Sinodales de Orense en el 1619, como un producto de gran calidad que solo se podía permitir la alta sociedad del momento.Como todo en Galicia, hablamos de productos autóctonos. El lacón es la pata delantera del cerdo. Y los Grelos son una hortaliza muy abundante en las tierras gallegas. Por suerte para todos en aquel momento, resultó ser una gran combinación.Tanto que se dice que, en la época, era el plato que ejemplificada la gran calidad de la agricultura y la ganadería gallega.Como no podía ser de otra forma, este símbolo de la calidad gallega, se debe acompañar con un vino tinto gallego. Un Mencía, porque fue la uva que más resistió en Galicia y porque sus características permiten producir grandes vinos como Lagariza. Un Mencía de la D.O Ribeira Sacra elaborado por la Bodega Finca Míllara, bajo la supervisión y asesoramiento de grandes enólogos gallegos como Julio Mourelle.
Bien, después de este paseo por la gastronomía gallega, si algo queda claro es que en Galicia si queremos, podemos enamorar a la gente por el estómago. Te recomendamos que tengas en la despensa alguno de estos vinos porque nunca se sabe en qué momento vas a necesitar “tirar de estómago”