Tal y como venimos comentando en este artículo, la uva Tempranillo es la variedad tinta más representativa de España. Instalada desde hace siglos en las zonas de La Rioja, Ribera del Duero o La Mancha.
Su nombre nos indica claramente que estamos ante una uva de maduración temprana, ideal para elaborar desde vinos jóvenes hasta reservas complejos y elegantes. Hoy en día, es un símbolo del legado del vino español en todo el mundo.
El tempranillo en Rioja
Una de las tierras prometidas del Tempranillo es la Rioja, y en ella se elaboran distintos vinos que encajan en casi todos los paladares. Veamos dos vinos que se salen del molde.
Uno de ellos es Bideona las Laderas, un tinto alavés elegante y fresco. Muestra la esencia del viñedo de altura con toques vivos de fruta y una acidez equilibrada.
Otro buen ejemplo es Península Apóstata, un vino rebelde y muy expresivo. Se elabora con meétodos naturales y una mínima intervención, con el objetivo de conseguir un vino más auténtico.
Los dos son una nueva generación de vinos tempranillo, perfectos para los que buscan descubrir algo diferente dentro de la Rioja.
El tempranillo en Ribera
La otra tierra por excelencia del Tempranillo son las zonas que ocupa la Denominación de Origen de la Ribera del Duero. En ella también se producen vinos únicos.
Como puede ser Cruz de Alba Roble o 8000 de Marqués de Burgos. El primero destaca por su elegancia, con notas de fruta madura y un toque de roble. El segundo, es un vino más intenso, con más carácter y complejidad. Eso sí, los dos reflejan el alma de la región y están a la altura.